August 2022

05/08 Pamukkale-Hierapolis-Éfeso-Esmirna (280 km)

Hoy tenemos dos visitas interesantes: el dúo Pamukkale-Hierápolis y las ruinas de Éfeso. Se espera mucho calor, por eso comenzamos la visita a las 7:00. Parece pronto ¿no? Pues aún así yo sudé de lo lindo.

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Vamos a lo que vamos, el nombre Pamukkale procede de Pamuk + kale, y significa "Castillo de algodón" (¿no os suena de las etiquetas 100% Pamuk?). La ciudad se llama así porque tiene unas cascadas de piscinas calcáreas naturales procedentes de fuentes termales, mirad las fotos y me decís luego.

IMG_1692. IMG_1661. Selfie en Pamukkale. Selfie en Pamukkale 2

Sé que estáis echando de menos a Nieves y a Manolo Jr en estas fotos. Es que resulta que a las piscinas solo se puede acceder descalzo, y la parte de arriba está muy compactada y con formas no precisamente suaves. Consecuencia: las personas con pies sensibles lo pasan bastante mal en la primera parte y, de hecho, muchos se quedan por el principio, como se puede ver al fondo en la foto selfie de abajo. Sin embargo, el hecho de quedarse arriba les dio la oportunidad de descubrir otras vistas de interés, como se ve en la segunda. La tercera está tomada desde la entrada.

. Meta-selfi. IMG_1514. Aguantando el frío

Una vez vistas las cascadas, nos tomamos unas granizadas a las 8:45. Ya repuestos proseguimos visita: la otra parte del conjunto patrimonial es la ciudad de Hierápolis, fundada el 180 a.C. y, desde entonces, varias veces destruida por terremotos y reconstruida. El terremoto de 1354 certificó el fin de la ciudad. En conclusión, lo que queda son unas cuantas ruinas y tres necrópolis con miles de tumbas.

Entrada Hierápolis Cómo se ha quedado esto Museo Hierápolis

Desde el punto de vista turístico, de Hierápolis lo único que merece la pena es llegarse al teatro romano y visitar el museo arqueológico, donde se ha reunido lo (poquito) que se ha podido recuperar. Arriba he puesto un par de vistas interesantes y termino este párrafo indicando que la UNESCO incluyó el conjunto
Pamukkale-Hierápolis como Patrimonio de la Humanidad en 1988.

No tomé nota de dónde paramos para comer, fue en un buffet libre, sentados en un jardincito a la sombra de los árboles, donde comimos estupendamente y sin prisas (igual influyó el hecho de que los padres del guía vinieron a comer con él). Creo recordar que era una antigua estación de tren o algo parecido, ver foto abajo; en cualquier caso, lo pasamos bastante bien. Hablando de cosas de picar, los niños quisieron probar una bolsa de Doritos a la Turca (que son exactamente igual a los normales salvo la bolsa, véase foto).

IMG_2663 doritos turcos (saben igual)

¿Ya listos? Pues nos vamos a Éfeso, en quince o veinte minutos estamos allí. ¡Qué me gustó oír esas palabras!

¿Que os suena
Éfeso y no sabéis por qué? Puede ser por varios motivos:
(1) por la Epístola de Pablo a los Efesios (es decir, a los habitantes de Éfeso) que aparece en el Nuevo Testamento;
(2) por
Heráclito de Éfeso (los que estudiaron filosofía recordarán el "no es posible bañarse dos veces en el mismo río" o, lo que es lo mismo, el Πάντα εῖ, Panta rei, o "Τodo fluye");
(3) por la palabra
adefesio, que nuestro diccionario de la RAE nos indica que procede del latín "ad Ephesios" en referencia a la epístola de San Pablo y se refiere a las penalidades que pasó el santo en Éfeso durante su predicación. Fin de la clase.

Nuestro objetivo en Éfeso es visitar su sitio arqueológico, declarado por la UNESCO
Patrimonio de la Humanidad en 2015. Entre los restos destaca su teatro, el templo de Adriano y la biblioteca de Celso. Ahí abajo veis una panorámica de las gradas, capaces de albergar a 25000 personas, sí 25000.

Apaisado

La biblioteca de Celso fue la tercera mayor biblioteca de la antigüedad, tras la de Alejandría (y sus montañas de papiros) y la de Pérgamo (donde no se usaban papiros, sino pergaminos). En la actualidad se conserva su portada, parcialmente reconstruida por el arqueólogo alemán Volker Michael Strocka, de ahí que los carteles informativos solo estuvieran en turco y en alemán.

Biblioteca de Celso. Episteme. Sofía. 0-Areti

Arriba he incluido detalles con algunas de las estatuas que hay en la fachada: Episteme (Conocimiento), Sofía (Sabiduría), Areté (Excelencia), casi como los lemas de nuestra reforma educativa. Como habréis imaginado, ΚΕΛΣΟΥ es Celso, en honor a Tiberio Julio Celso Polemeano (Celso para los amigos) procónsul de Asia Menor que financió la construcción de la biblioteca, de ahí su nombre.

El sitio está lleno de cositas interesantes, una de ellas es la representación de la diosa de la victoria, Niké, de donde se dice que la marca deportiva se inspiró para su logo. Otras fuentes indican que el logo está inspirado en una de sus alas según la versión de la Victoria de Samotracia (que está en el Louvre), pero como estamos hablando de mi viaje, yo me quedo con la primera explicación.

Como queda un hueco, no puedo dejar de poner una imagen de las letrinas comunitarias.


0-Nike. 0-nike-goddess-custom. 0-Letrinas

Resulta curioso recordar que esta ciudad fue famosa por su puerto de mar, a pesar de que en la actualidad se encuentra a 8 km de la orilla por la sedimentación del río Caístro.

Cierro esta visita con otras fotos en la que también aparecemos nosotros, no todo va a ser arte. Por orden, el Templo de Adriano, Biblioteca de Celso, Odeón y la calle Curetes (con suelo de mármol, ahí es nada).

0-Templo de Adriano Selfie Celso. . Odeon 0-Calle Curetes de Éfeso

Dejamos Éfeso y nos dirigimos a Esmirna, donde llegaremos por la tarde y haremos noche. En el trayecto, el guía nos lleva amablemente a una tienda de artículos de piel (sí, estaba en el programa) que, por supuesto, no me interesó en lo más mínimo. En todo caso, hay que reconocer que la presentación que hicieron estuvo interesante, pues organizaron un minidesfile de modelos para el que también sacaron a tres "voluntarios" de nuestro grupo.

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Llegamos a Esmirna un poco más tarde de lo previsto debido a un atasco por un accidente, cenamos, y Nieves y yo salimos a tomar una copa al puerto en un grupito de 10 o 12 personas (tengo que añadir que ninguno de los más jóvenes accedió a dejar el hotel, el Kaya Prestige, un hotel de ciudad sin más).

06/08 Esmirna-Pérgamo-Troya-Çanakkale (338 km)

Desayuno a las 6:00, temprano, para variar. Un problemita, llegamos al salón de desayuno y aún no está puesta toda la oferta del buffet. Comenzamos con lo (poco) que hay y, afortunadamente, luego se fueron llenando las bandejas. Todo bien. Hoy también es día de tránsito, con paradas en dos sitios también declarados Patrimonio de la Humanidad: Pérgamo y Troya.

En Pérgamo no visitamos la acrópolis, sino únicamente el Asclepeion, primer hospital de Asia Menor, dedicado a Asclepio (Esculapio para los romanos) el dios de la salud. Por aquí pasaron el emperador Adriano, el césar Caracalla y la faraona Cleopatra, con su inseparable Marco Antonio. Hablando de faraonas, ignoro si Lola Flores también pasó por aquí, pero es dudoso pues, aunque tenía una edad, no era de la misma quinta que los anteriores.

La razón de tan importantes visitas era que aquí se congregaban los mejores médicos, entre los que destacó
Galeno (tanta fue su importancia que hasta el diccionario de la RAE incluye el término "galeno" con el significado de "médico").

Pese a que llegamos pronto, hace mucha calor, y no hay demasiada sombra. De hecho, el guía nos hace toda la explicación bajo una gran higuera, y luego nos deja tiempo libre para patear la zona, en la que destaca su teatro, que se sigue usando ocasionalmente.

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Se dice que el Asclepeion fue el primer hospital psiquiátrico de la historia. Los pacientes eran tratados con plantas dormideras y/o alucinógenas. Es interesante recorrer los túneles de dormición, donde se dejaban a los pacientes una vez dormidos, y cuyo subconsciente era estudiado a distancia (véanse los ventanucos en la imagen de abajo). Uno no puede más que imaginar, porque poco queda en pie, el uso de las piscinas y los paseos por la larga Vía Tecta.

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Es de resaltar que el Asclepeion tenía como lema que allí "no se puede nacer ni morir", de modo que ni las embarazadas ni aquellos gravemente enfermos eran aceptados (todo sea por salvaguardar las estadísticas).

Paramos a comer en un restaurante cerca de las ruinas de Troya. Hoy hay un cambio interesante, pues no es el mismo menú para todos, y nos dan la opción de pedir dorada a la plancha, y me apunto. Estaba en su punto, y muy sabrosa, una agradable sorpresa. Os pongo el nombre del sitio, por si un día os pilla cerca, fue el Troy Hisarlık Restaurant.

Continuación hacia Troya, cuyo nombre me trae a la mente la Odisea de Homero (que me leí durante el encierro de 2020). Para quien no se la haya leído, os recuerdo simplemente que en la historia aparece lo del "caballo de Troya". Dejando a un lado la mitología, aprovecho para indicar que el de la foto ni el caballo es el original, ni se sabe siquiera si se usó alguno similar en la guerra de Troya.

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Nos indican que se han localizado estratos de hasta nueve Troyas diferentes en el tiempo, y que algunas de ellas tenía construcciones en adobe, algunas de las cuales se han conservado hasta la actualidad. El sitio es bastante grande, aunque no es especialmente espectacular (salvo para aquellos orientados a la arqueología).

Llegamos al
Hotel Iris de Çanakkale con tiempo de cambiarnos y darnos un chapuzón en la playa. La vista es interesante, porque tenemos tierra enfrente que casi ocupa todo el horizonte. Estamos en el Estrecho de Dardanelos, que separa Europa de Asia y conecta el Mar Egeo con el Mar de Mármara. Creedme si os digo que lo que hay al fondo en nuestro selfie es la península de Galípoli (adjunto mapa con la localización de nuestro hotel).

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Buena cena, y sobremesa tomando una cerveza con los compañeros de viaje, mañana será el último día en común ya que en Estambul cada uno va a un hotel diferente. Manolo Jr aprovecha la ocasión para hacer algunas magias que dejan sin palabras al respetable; para rematar, sorprendentemente, Rubén accedió a tocar un par de piezas en el piano de la entrada ante la admiración general.

07/08 Çanakkale-Bursa-Estambul (443 km)

Otro día más que madrugamos. Esta vez nuestro objetivo es visitar Bursa, primera capital del Imperio Otomano, y después llegar a Estambul a media tarde (siempre cruzando los dedos para que no haya atascos).

El teléfono empieza a sonar y, lógicamente, nos despertamos sobresaltados. ¿Nos habremos quedado dormidos y nos ha llamado el guía? A los diez segundos nos espabilamos y vemos que son las 5:09 y nuestro despertador estaba puesto a las 5:20. Vaya broma de mal gusto. Me quedan diez minutos de sueño, disculpad, que tengo que aprovechar.

Ahora sí, a la hora estipulada nos bajamos a desayunar medio cabreados por el sobresalto telefónico … y resulta que a todos los demás también les sonó el teléfono. ¿Coincidencia? No lo creo. Puestos a hacer averiguaciones, la llamada era para la primera oración de la mañana. ¡Tócate las narices! Es cierto que todas las mezquitas tienen altavoces y si tienes mala suerte y tu habitación da a la mezquita te vas a despertar de todas formas. ¿Pero llamarte directamente desde recepción? Anda, anda.

Os pongo una instantánea tomada descansando plácidamente sentado en el balcón de mi habitación, después de desayunar (eran exactamente las 6:27, aún me quedan tres minutos para bajar las maletas). Por cierto, también os pongo una foto de una isla de bandejas llena de aceitunas y salsas de todo tipo. ¿De verdad es necesario tanto despliegue? Esto ha sido una constante en los desayunos de todos los hoteles.

Tranquilidad matutina Aceitunas. Puente (aún con retoques)

Al poco de comenzar el camino veo un gran puente a nuestra izquierda, me llama la atención y le tomo un par de fotos. Se trata del Çanakkale Boğaz Köprüsü (puente del Bósforo en Çanakkale), que cruza el estrecho de Dardanelos. Formalmente se llama de otra forma, es el Puente de Çanakkale 1915, lo del año "1915" en el nombre es en honor a una importante victoria naval otomana contra las armadas del Reino Unido y Francia durante la Primera Guerra Mundial. Si miráis en el enlace veréis que, a día de hoy, se trata del puente colgante más largo del mundo, con 2023 metros de luz principal (es decir, la distancia entre los dos grandes pilares). Nuestro guía, en línea con su empanamiento habitual en los desplazamientos largos, ni siquiera lo comentó.

Llegamos a Bursa, cuna del imperio otomano y (¿no lo adivináis?) declarado
Patrimonio de la Humanidad en 2014. Lo primero que hacemos es dirigirnos a la Gran Mezquita (Ulu Camii), que es especial en varios sentidos: por una parte, tiene la fuente para las abluciones dentro de la mezquita, y no en el patio como es habitual.

IMG_2709. IMG_8953. caligrafía. IMG_20220807_113537
Por otra parte, su decoración es impresionante, la mayor parte basada en motivos caligráficos (recordando los tiempos en que estudié árabe, las menos enrevesadas incluso se podían leer). La Wikipedia nos dice que "tiene uno de los mayores ejemplos de caligrafía islámica que se conservan hoy en el mundo"

Saliendo de la Gran Mezquita nos dirigimos a pie al Bazar de la Seda, por supuesto sin intención de compra (ni ganas de regatear). Total, una calle de tiendas. Un par de fotos y andando, que es gerundio.

girada-Bazar de la Seda. Bazar de la Seda 2. Nuestro grupo


Inmediatamente después, tomamos el autobús en dirección a la Mezquita Verde. Si la Gran Mezquita nos gustó, esta nos gustó incluso más. Vuelvo a cortar, traducir y pegar de la Wikipedia "La Mezquita Verde a menudo se considera la culminación del estilo arquitectónico otomano temprano, principalmente debido al nivel de maestría estética y técnica que se muestra dentro de la mezquita." Pues eso, la lástima es que las fotos no reflejan adecuadamente la realidad.

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Hoy comemos en Beşyol Kebapçısı que, como su nombre indica, es un sitio de kebaps. Menú concertado, en el que pudimos probar el típico
iskender kebap, aunque allí se llamaba "Bursa kebabı" porque, ojo, el nombre está patentado. Aprovechamos también para probar la şıra, que es un mosto de uva fermentado con el que habitualmente se acompaña el kebap.

Continuación hacia Estambul cruzando por el puente de Osman Gazi, que permite acortar el recorrido unos 80km a cambio de pagar un peaje. De este puente, nuestro guía Yusuf tampoco indicó nada relevante, aunque mirando en la wikipedia parece que, durante la construcción, hubo un incidente sin víctimas al caer al agua uno de los cables que sostendrían el puente. El ingeniero japonés a cargo del proyecto se suicidó.

Llegamos a Estambul cruzando el
Puente del Bósforo (recientemente renombrado como "de los Mártires del 15 de Julio"). Esta vez, cuando yo estaba entonando el "Asia a un lado, al otro Europa, y allá a su frente Estambul", Yusuf sí nos dijo que estábamos cruzando de Asia a Europa.

Nuestro destino era el hotel
Eresin Topkapi Health Club & Spa, al que llegamos a media tarde después de sufrir un, a mi gusto, impresionante atasco sobre el puente Gálata. Yusuf dijo que era lo normal, que los atascos eran otra cosa. Tuvimos tiempo de probar el Spa antes de salir a buscar un sitio para cenar (la piscina no estaba operativa por mantenimiento, pero las saunas, tanto finlandesa como de vapor, y el baño turco sí).

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08/08 Estambul (Santa Sofía, Cisterna, Bazar de las Especias, Bósforo, derviches)

Comenzamos nuestro primer día en Estambul, con programa a nuestro gusto. Entonces madrugamos un poco para aprovechar mejor el día ¿no?

Quedamos para salir a las 9:00 (eso es madrugar, no levantarse de madrugada), en principio para ir a Sultanahmet donde están la Mezquita Azul, Santa Sofía y la Cisterna Basílica; luego ya veremos.

Para empezar, empezamos peleando con la máquina de tickets del metro: un amable agente de seguridad me ayuda (en turco), indicando que el billete que quiero usar es demasiado nuevo. Me lo toma de la mano, lo hace un gurruño, lo estira un poco y … magia … la máquina lo acepta. Pues ya sabemos algo nuevo.

Llegamos a Sultanahmet y vemos el
Hipódromo de Constantinopla (hoy una plaza con dos obeliscos, el de Teodosio y el de Constantino) y nos dirigimos a la Mezquita Azul … mala pinta. Hay muchos andamios bajo los que pasamos para entrar. De hecho, el interior está llena de andamios. Una pena.

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Salimos rápido, pues la verdad no hay nada que ver, y nos dirigimos a Santa Sofía (que ha sido basílica, mezquita, museo y, desde 2020, de nuevo mezquita). Seguro que no os pilla de sorpresa que os diga que Santa Sofía y el conjunto monumental de la ciudad vieja es Patrimonio de la Humanidad, pero lo tenía que decir.

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Aunque ya la habíamos visitado en nuestra anterior visita a Estambul en 2012, no nos cansamos de admirarla. Construida en el año 537 (sí 537), fue el templo más grande del mundo durante casi mil (repito mil) años, hasta que la catedral de Sevilla la superó en 1520.

Cúpula Diagonal. Entrada

Santa Sofía es el mayor ejemplo de la perfección de la arquitectura bizantina, tanto que se dice de ella que «cambió la historia de la arquitectura». El diseño es obra de Isidoro de Mileto (arquitecto y físico) y de Antemio de Tralles (arquitecto y matemático). Nosotros nos dedicamos a disfrutar de las vistas y hacernos algunas fotos como las de abajo. Aunque aún no lo he repetido mucho, seguro que ya sabéis que hay un par de pestañas con una selección de las fotos que no he puesto en el blog, y otra con vídeos.

IMG_0533. Niños bajo Alí. Perfectamente mimetizada

Después de Santa Sofía nos pusimos directamente en la cola para comprar las entradas a la Cisterna Basílica. Una vez allí, lo de cisterna se entiende bien, pero lo de basílica no (la explicación está en el enlace). Tras una cola relativamente rápida, entramos, y nos encontramos con una Cisterna recientemente restaurada, con una exposición de esculturas y con un magnífico espectáculo de luces y sonido.

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La cisterna no es más que un depósito de agua subterráneo, también construido en el siglo VI como Santa Sofía, pero de dimensiones impresionantes, y sostenido por más de trescientas columnas de mármol recicladas de otros edificios. En la galería os dejo más fotos, algunos detalles, y algún que otro selfie.

Tras salir de la Cisterna, nos dirigimos al Bazar de las Especias. De camino, pasamos por varias calles comerciales atestadas de gente … y de coches yendo en ambas direcciones donde solo había un carril y aceras minúsculas (!?).
En media hora llegamos al
Bazar de las Especias, ya sabéis que no soy muy dado a las compras, así que pasamos un poco rápido (eso sí, aprovechando alguna degustación) y sacamos algunas fotos como las de abajo.

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Ya va siendo hora de comer, y decidimos probar suerte bajo el Puente de Gálata (Galata Köprüsü), donde hay una pasarela peatonal llena de restaurantes. Tras un rato esquivando a los que te quieren meter en su local porque es el mejor y el más barato, nos encontramos con el restaurante Aruna, sin camarero insistente para que entrásemos y unos precios razonables. La comida aceptable, sin más, salimos a menos de 8 euros por cabeza, en una localización magnífica con vistas al Bósforo. Además, su decoración interior también estaba muy bien.

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Hablando el Bósforo, ya que estamos aquí ¿por qué no cogemos uno de los muchos cruceros por el estrecho que se ofrecen? Dicho y hecho. A diez minutos tenemos el muelle, y compramos entradas para el siguiente viaje, de hora y media, que salía en quince minutos: perfecto para hacer la digestión.

El trayecto llegó hasta el segundo puente del Bósforo, el Fatih Sultan Mehmet Köprüsü, de ida por la orilla europea y de vuelta por la asiática. Aprovecho también para indicar que los petroleros pueden pasar holgadamente por debajo del puente.

Pudimos ver de lejos, la mezquita más grande de Estambul,
Çamlıca, recientemente construida en la parte más alta y visible del Estambul asiático: otra muestra más del "laicismo" actual del gobierno turco. Única en tener seis minaretes aparte de las de La Meca, Medina y la Mezquita Azul de Estambul. Eso sí, fue diseñada por dos arquitectas (nótese el "-as" final), con amplias zonas para el rezo de las mujeres.
Mirando al infinito Puente del Bósforo con Mezquita Çamlıca Puente Fatih Mehmet Sultan con petrolero.
De vuelta en el muelle, ya hemos hecho la digestión y estamos preparados para la jornada vespertina. Como Lydia y Rubén querían comprar algunas réplicas de camisetas y zapatillas deportivas, nos dirigimos al
Gran Bazar (Kapalıçarşı) que atravesamos sin ni siquiera hacer una foto para el recuerdo (¿de un sitio de cuatro mil tiendas? bah), porque nuestro objetivo era su flanco oeste, donde se alinean los puestos ambulantes de ropa y calzado "de marca". Por allí dejamos a Lydia, Rubén y Luismi, con cierta cantidad de liras turcas y habiendo repetido hasta la saciedad "ni se os ocurra aceptar el primer precio que os den, comenzad a regatear desde el 20% o por ahí".

Manolo Jr, Nieves y yo decidimos apartarnos de las tiendas y visitar la parte sur de Sultanahmet para ver la Iglesia de San Sergio y San Baco que, según dicen algunas páginas de viajes, es interesante. Nada más salir del Gran Bazar nos encontramos con la mezquita de Beyazıt, que está justo enfrente de la Universidad de Estambul (una de los once que hay en la capital). Esta mezquita de Beyazıt tiene su puntito de interés y, aunque no es tan impresionante como otras, a cambio está muchísimo menos masificada (dejo abajo algunas fotos).

Beyazit por dentro Beyazit por dentro 3 Universidad de Estambul

Tras callejear un poco, y disfrutar de los atascos desde una perspectiva peatonal, llegamos a la Iglesia de San Sergio y San Baco que, ¿por qué no me extraña?, hoy en día es una mezquita, que es conocida como la Pequeña Santa Sofía (se piensa que fue diseñada por los mismos arquitectos que Santa Sofía). Un sitio recoleto, sin muchos visitantes, de hecho estábamos completamente solos en su interior.

IMG_20220808_181608. Mami e hijo grande

Salimos corriendo de allí, puesto que habíamos quedado para ver una Sema mevleví, que una ceremonia sufí en la que los participantes danzan girando sobre sí mismos (los derviches giróvagos). Pensé que ya no iba a citar más a la UNESCO, pero me equivoqué porque esta ceremonia está en el listado del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, como los Patios de Córdoba o las Fallas de Valencia.

Mientras esperábamos a que empezara la ceremonia pregunté a los niños cómo les había ido en la tarde de compras: por lo que compraron pagaron un 60% menos de lo que les pidieron de entrada. No está mal.

Derviches girando. Derviches girando 2. IMG_20220808_211851


Una vez terminada la ceremonia, caminamos un par de paradas de metro para alejarnos un poco del centro más turístico (y caro), y cenamos en la primera planta del Restaurante Şar, frente a la parada de Beyazıt-Kapalıçarşı (adjunto foto de lo que se pidió Manolo Jr). De vuelta al hotel, que mañana es el último día … y habrá que madrugar ¿no?

09/08 Estambul (Dolmabahçe, Istiklal Caddesi, Torre Gálata, Pierre Loti)

Último día completo en Estambul, pues mañana volvemos a casa donde podremos dormir y recopilar fotos y vídeos para este blog (esto último fundamentalmente lo hago solo yo).

La primera visita del día es el
Palacio de Dolmabahçe, adonde llegamos a eso de las 10:00, lo suficientemente temprano como para no tener que esperar más que cinco minutos de cola para el control de seguridad, y pasar directamente a comprar los tickets. Creo que no lo he dicho antes, pero aquí no se andan con miramientos con los extranjeros, nuestra entrada cuesta el triple que la de los turcos. En fin, ya tenemos nuestros tickets, que incluyen audioguía en español y nos dan acceso al palacio, al harén y al museo de pintura.

Dolmabahçe es un despliegue de lujos a la medida de los gobernantes turcos (desde sultanes hasta presidentes de la república moderna) que sirvió de principal centro administrativo del imperio otomano desde finales del s. XIX a principios del s. XX. Se dice que en su construcción (que incluye 285 habitaciones, 46 salones, 6 hamam y 68 cuartos de baño) se gastó el equivalente a 35 toneladas de oro.

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Ahi arriba estamos en el jardín frente a la Puerta del Sultán, como en el interior no estaba permitido hacer fotos y había demasiada gente como para obtener buenas tomas, me limito a enlazar una serie de fotos del interior del palacio. Nos tomamos tres horas, tres, para ver el palacio, el harén y el museo. Al entrar en cada uno de ellos debíamos ponernos unos patucos sobre los zapatos para no estropear el suelo.

Salimos de Dolmabahçe pasando por delante del estadio del Beşiktaş y tomamos el funicular para subir a la Plaza Taksim (centro de la zona moderna de Estambul), desde donde bajaremos por Istiklal Caddesi hasta la Torre Gálata.

Pero no nos adelantemos, desde la plaza vemos que la Mezquita Taksim también está en restauración, mal, pero a su izquierda hay un par de torres terminadas en cruces, así que decidimos acercarnos para ver qué era. Al final, resultó ser la iglesia ortodoxa griega de la Santísima Trinidad (Aya Triada en turco). Por supuesto, entramos a verla y sacamos algunas fotos como las de abajo.

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Seguimos por la Avenida de la Independencia (en turco, İstiklal Caddesi, con la i mayúscula con punto) sentido cuesta abajo, que siempre se agradece, en dirección a la Torre Gálata, como ya habíamos dicho.

En esta calle abundan las tiendas de helados con sus dependientes haciendo malabarismos con los helados y jugando a engañar a los niños y, en general, a todo comprador. También vimos varios ejemplos de tranvía "hasta los topes", igual no llenos por dentro, pero sí con gente por fuera.

IMG_20220809_152420. En Istiklal Caddesi

Después de pararnos a tomar unos tés o similar en una confitería de İstiklal (bien, pero con servicio pésimamente lento y ni la menciono), llegamos a la Torre de Gálata, o Galata Kudesi en ya sabéis qué idioma, donde nos encontramos con colas tanto para comprar la entrada como para entrar. Como éramos seis, nos distribuimos para minimizar tiempo perdido.

Esta torre data del s. XIV y tiene nueve plantas (de las que solo se suben dos tramos de escalera, porque hay ascensor hasta la séptima). Se cuenta que, alrededor de 1630, un tal Hezârfen Ahmed Çelebi consiguió cruzar el Bósforo utilizando alas artificiales desde la torre Gálata hasta las colinas de Üsküdar, en la parte asiática (?). No constan pruebas de la veracidad de lo anterior, en todo caso, adjunto pruebas de las magníficas vistas de Estambul ydel Cuerno de Oro que se tienen desde arriba.

La foto original. Con el skyline de Sultanahmet. IMG_0621. IMG_20220809_171259

Se nos está echando la tarde encima, pero aún da tiempo de buscar un autobús (gracias a que Luismi descubrió a última hora que sí que tenía roaming incluido) y llegarnos al barrio de Eyüp, y subir la colina hasta el mirador del Café Pierre Loti. Tanto la subida/bajada a pie como el mirador tiene su propio encanto: en la colina se encuentra el enorme cementerio musulmán de Eyüp, con cientos de tumbas y columnas conmemorativas, y desde el mirador se puede admirar todo el llamado Cuerno de Oro (especialmente agradable al atardecer).

Escribiendo estos párrafos acabo de descubrir que este es el
tercer lugar de peregrinación del Islam, después de La Meca y Jerusalén, porque el tal Eyüp fue un adalid de Mahoma que murió en el ataque árabe a Constantinopla. Sus restos parece ser que se encuentran en la Mezquita de Eyüp Sultan, que no visitamos por desconocimiento, aunque tampoco íbamos sobrados de tiempo.
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Vamos terminando, que se hace tarde y no nos va a dar tiempo de usar el baño turco. Tomamos un último autobús guiados de nuevo por Google Maps, curiosamente nuestra parada, Fetih Kapı, estaba en medio de un paso inferior (no exactamente un túnel, pero casi), al salir nos encontramos con unas murallas. Pues las últimas fotos van a caer aquí.

IMG_20220809_195954. IMG_0647. Kebapçi murat

Llegamos y los cuatro chicos nos damos una buena sesión de baño turco, jugando con las temperaturas del agua como unos profesionales. No adjunto fotos porque dije que las últimas fueron las de más arriba (se nota que al final del blog uno está cansado).

Salimos para cenar y, en lugar de buscar a lo loco, le digo a Luismi que le pregunte a Google. Muy amablemente, nos indica que visitemos Kebapçi Murat, un local con comida típica y llena de oriundos, nosotros éramos los únicos turistas. Éxito rotundo en cantidad, en calidad y en precio. Y a solo cuatro minutos del hotel.

10/08 Estambul-Málaga

Día de vuelta. El autobús pasa a recogernos a las 10:30, nos levantamos sin prisa, desayunamos y el autobús llega a su hora. Solo queda el papeleo del aeropuerto y la vuelta a casa.

Bueno, una última foto mostrando la mezquita futurista del aeropuerto. Hasta la próxima.

Mezquita del aeropuerto