Último viaje del año
07/12/23 09:55
Este año aún no habíamos hecho el viaje familiar, así que del 25 al 31 de diciembre, Rubén, Lydia, Nieves y yo nos embarcamos en un viaje a Laponia para pasar algo de frío, por cambiar. En esta ocasión Manolo Jr decidió declinar la invitación alegando que ya tuvo bastantes viajes este año.
En lo que se refiere al tiempo, afortunadamente, esta semana se espera que tenga temperaturas bastante "suaves", con mínimas de -14ºC. Digo suaves porque ya a finales de noviembre hubo días con -23ºC en Rovaniemi. Una de las grandes dudas es si la ropa de abrigo que hemos adquirido en Málaga realmente cumple con lo que pone en las etiquetas.
La mañana del día de Navidad partimos hacia Rovaniemi vía Helsinki. El viaje se hace largo: poco más de cuatro horas a Helsinki (el bocadillo lo pusimos nosotros, el zumo de arándano nos lo dieron las azafatas), tres horas de conexión en el aeropuerto, y poco más de una hora para llegar hasta nuestro destino.

En el aeropuerto de Helsinki nos llamó la atención un hecho que en Málaga no es demasiado frecuente, como que el avión se parara un rato en la pista para que le eliminarán el hielo de las alas (puedes ver el vídeo en esta pestaña).

Recogemos las maletas facturadas y tomamos un taxi que, bajo una nevada importante, nos lleva hasta Korkalonkatu (la calle del corcho), que es donde se encuentra nuestro apartamento.

Rápidamente dejamos las maletas y bajamos a dar un paseo, no importa que ya sean más de las diez de la noche, es decir, bastante tarde para el estándar local. Os cuento una cosita, pese a ser el día de Navidad, el K-Supermarket está abierto de 7:00 a 23:00. En consecuencia, ya tenemos cositas para desayunar los próximos días. Conservo el ticket, pero no sé si voy a saber lo que compré porque el finés, o finlandés, no se entiende demasiado bien.

De vuelta, hicimos un pequeño rodeo para recorrer la calle principal, Koskikatu, y pasar por la Plaza del Señor, Lordin Aukio. Aquí vimos un gran árbol de navidad y un belén con figuras hechas de hielo (salvo José, María y el niño, supongo que será por si aprieta el sol y se derrite el hielo).
Finalmente llegamos al apartamento y conectamos la sauna (pequeñita, pero tres personas entran bien), para estrenarla antes de echarnos a dormir. ¿Había alguna otra opción? Pues eso.
Este primer día el plan es ir a Napapiiri (el círculo polar), que está a 7 km de Rovaniemi, y visitar la villa de Santa Claus. Desayunamos tempranito y, tras el rato largo que se tarda en ponerse toda la ropa de abrigo, nos dirigimos a la parada del autobús, que tenemos a dos manzanas. En menos de dos minutos llega el bus nº 8, que pone en su lateral Santa Claus Bus, parece que debe ser este. Compramos tickets de ida y vuelta, y comenzamos formalmente las actividades; por cierto, aquí circulan todos los coches por carreteras nevadas sin ningún tipo de problema (la magia de los neumáticos de invierno).

Llegamos a Santa Claus Village en unos 25 minutos. Son las diez y pico y aún no ha amanecido, aunque el cielo clarea algo (véase la foto de ahí arriba). ¿Qué es lo primero que hacemos? Evidentemente, ir a cruzar la línea del círculo polar ártico.
Hace 25 años Nieves y yo estuvimos aquí en verano, y cruzamos una línea visible en el suelo; en invierno esa línea no se ve porque está cubierta de nieve, y lo que nos sirve de indicación son unos postes que lo indican. En este punto hay un termómetro y una webcam que emite en directo (el enlace es este). Ni que decir tiene que nos pasamos un rato por allí, hicimos varias fotos cruzando el paralelo y enviamos el enlace de la webcam a familia y amigos para que pudiesen vernos, me consta que nos vieron al menos dos o tres (si alguien tiene interés tenemos un recorte en la página de vídeos).

Aparte de entrar en el casquete polar, la otra atracción (bastante menos geográfica) es la de ver a Papá Noel, aquí Santa Claus. Hay varios sitios en los que te venden la posibilidad de que te reciba y llevarte fotos y vídeos con él; hay también diversos precios y, curiosamente, el que más nos gustó es el de Santa Claus Office ya que, aparte de estar muy bien ambientada (hasta los elfos eran personas de estatura más baja de lo normal), puedes verlo y sentarte con él completamente gratis. Después te dan opciones de comprar las fotos y los vídeos que te han tomado y, en cualquier caso, te puedes llevar la bolsa que el elfo te da para llevar el abrigo (¿te lo preguntas? pues claro que nos las llevamos).

En la villa hay cantidad de tiendas de recuerdos (no visité ninguna), encontramos la casa de Mamá Noel, y el Snowman World, que es un parque de atracciones de invierno, con un restaurante de hielo (que reconstruyen cada año). Nosotros teníamos hora y media por delante para ver a Papá Noel (hay que pedir turno), así que aprovechamos e hicimos un pequeño paseo en un trineo tirado por renos.
Después de obtener la foto con Papá Noel, conseguimos un trineo gratuito del Santa Claus Village Hotel. En recepción nos dijeron que cualquier trineo que pusiera las iniciales SCVH se podía coger. Acabo de caer en que (creo que) omitimos indicarles que no estábamos alojados allí y nos hubiera tocado pagar unos euros por el alquiler.

Hora de comer, y en la villa todo es especialmente caro. Distintas páginas web nos indican que se come bien y a precio razonable en el bar de la gasolinera Shell de enfrente. Eso requiere comprobación; efectivamente, no es tan caro, aunque lo de bien… quizá es discutible, y rápido tampoco es (a menos que pidas buffet, que no era muy variado y no despertó admiración entre los míos): nos dijeron que había un tiempo de espera de aproximadamente 45 minutos, y fue casi exactamente ese. Salimos del bar y de nuevo encontramos el bus llegando a la parada, con lo que no tuvimos que pasar ni frío.
De vuelta al apartamento, enchufamos la sauna, se enciende el piloto, pero no calienta ¿por qué? No lo descubrimos, porque debemos volver al centro para una excursión con objetivo doble: por una parte, ver auroras boreales (aunque mi aplicación dice que la probabilidad es exactamente cero) y, por otra, hacer un circuito en trineo tirado por huskies.
El guía nos indica que el cielo está nublado en Rovaniemi y en sus alrededores; en todo caso, nos acerca al puerto deportivo del lago Olkka (Olkkajärvi venesatama) desde donde se suele tener muy buena visión de las auroras, claro, cuando el cielo no está cubierto. Por cierto, cabe destacar que el lago nos lo encontramos completamente helado.

Continuamos travesía hasta la granja de huskies de Erica y Misha (usando los metadatos de las fotos del móvil he conseguido saber que está en Yli-Nampajärvi, el lago de Yli-Nampa, ¡cómo estamos de controlados!). Allí disfrutamos de una media hora de recorrido en trineo sobre un lago, otro. Finlandia se conoce como el país de los mil lagos, aunque ellos cuentan más de ciento ochenta mil (porque incluyen también lagunas de más de 500 metros cuadrados, poco más que una charca grande).
Después del paseo y de hacernos unas fotos, pasamos a una kota (una tienda tradicional de los Samis parecida a los tipi de los Sioux) para tomarnos un piscolabis consistente en salchicha de pollo local, tortitas de espinacas y nubes al fuego, todo ello bien regado con jugo de arándano caliente.
Arriba he escrito "samis" y no "lapones", porque los indígenas de esta zona siempre se han referido a sí mismo como el pueblo Sami. Debo indicar que el uso de "lapón" actualmente se considera despectivo, yroviene del sueco "lap" o "lapp" que significa "parche" o, más en general, "ropa de mendigo".
Hoy toca levantarse moderadamente temprano; ponemos el despertador dos horas antes de acudir al punto de encuentro, que está solo a cinco minutos de nuestro apartamento. ¿Por qué? Pues porque tardamos un montón en colocarnos toda la ropa de abrigo. En esto iremos mejorando con el paso de los días.
La excursión de hoy es a Norvajärvi (ya imaginaréis que es el lago Norva ¿no?), junto al que haremos una caminata con raquetas de nieve. El primer problema consiste en anclárselas correctamente, el segundo es aprender a andar con ellas en suelo duro, y el tercero adentrarse en nieve blanda; los tres aparecen ilustrados en las fotos de aquí abajo.

Una vez habituados, comienza la aventura propiamente dicha, que consiste en ir a una llanura que hay al lado y volver. En un trayecto que en verano no nos hubiera llevado más de diez minutos tardamos cuarenta pero, a cambio, nos trajimos un montón de paisajes espectaculares y otras tantas fotos (pongo aquí unas cuantas y el resto en la pestaña de fotos correspondiente). Por supuesto, también hay una buena selección de vídeos.

Un poco cansados del ajetreo con las raquetas, volvemos a la casa del lago para bajar propiamente al lago (esto es fácil), hacer un agujero (esto ya no tanto) e intentar pescar algo (esto es tarea casi imposible).
El lago se encontraba llenito de turistas como nosotros, con lo cual la primera tarea fue buscar un sitio libre. Una vez escogido nuestro sitio, lo siguiente es hacer el agujero con el berbiquí gigante que veis en la foto… como si fuera fácil perforar medio metro de hielo. En las fotos de abajo se aprecia cómo vamos ganando profundidad (en el vídeo se nos ve sudar a -10ºC).

De los más de treinta incautos que echamos el rato allí, solo uno tuvo la suerte de que picaran el anzuelo y poder cobrar la pieza. Pasado un tiempo prudencial (exactamente el que tardó en prepararse el almuerzo) subimos a la kota a comer. El menú era salmón en papillote (liado en papel de aluminio y puesto entre las brasas), el resultado fue excelente. De nuevo el postre fueron nubes tostadas al fuego.

Por la tarde, nos dimos un paseo por la ciudad, cruzando el puente Jätkänkynttilä, que traducido se llama ''puente de las antorchas de leñador''. Recibe ese nombre porque en su pilar central parece que arden dos de estas típicas antorchas (os dejo que busquéis fotos de las antorchas y juzguéis el parecido, os espero en el punto y seguido). Aunque el enlace de la Wikipedia que he puesto más arriba pone "Swedish torch", en el primer párrafo pone que lo inventaron los finlandeses, cosas de la nomenclatura y la historia.

El río Kemi, que pasa por debajo del puente, tiene la superficie casi totalmente congelada; de hecho, más allá del puente solo se ve hielo, se ve que la parte más próxima a la ciudad tarda más en congelarse. Cruzando el puente se encuentra el Ice Hole Swimming Point que, como su nombre indica, es un agujero en el hielo en el que la gente se baña. De hecho, tienes que pertenecer al club para bañarte, salvo que llegues en horas especiales. Supongo que uno siempre se puede colar, lo que no podrá hacer es entrar en la cabaña calefactada, y esto me parece especialmente importante. Adjunto una foto de una criatura que se bañó ese día (eran las tres y media, aunque parece de noche, y comparativamente no hacía demasiado frío).
De vuelta, nos pasamos por el museo Arktikum, en cuyo aparcamiento se suelen ver bien las auroras (cuando no está nublado). Nos tomamos algo caliente y volvimos a casita.
Hoy toca excursión especial: nos vamos a hacer una ruta en motos de nieve. Igual que ayer, madrugamos aunque no es necesario, os recuerdo que amanece alrededor de las once. Hoy el día es más fresquito, -11ºC a las ocho de la mañana, pero se espera que suba a -9ºC en un rato.

Una vez terminadas las gestiones (papeleo que firmar, seguros, recoger el mono y otros complementos anti-frío), un pequeño traslado de 7 km hasta Napapiiri, donde se encuentra la base de las motos. En cinco minutos nos explican cómo llevar la moto: es automática, solo hay que usar el pulgar derecho para acelerar, y el freno en caso de necesidad (realmente basta con dejar de acelerar para parar rápidamente). Allá vamos.
Una característica interesante de la moto es que tanto el manillar como el pulsador del acelerador son calefactables… y bien que se agradece. Después de un comienzo un poco decepcionante (pues teníamos por delante un par de motos especialmente lentas), los guías dividieron el grupo en uno más de paseo y otro más de velocidad. Sí, este fue el nuestro (se adjuntan algunos vídeos).

De vuelta a Rovaniemi es hora de comer. Nos decidimos por el Pure Burger, que aparece reseñado como el que prepara las mejores hamburguesas de reno de la ciudad. Entramos, no parece haber mucha gente, perfecto. Pedimos la comida, cuatro hamburguesas y unas alitas … Efectivamente, otros 45 minutos esperando hasta que nos sirvieron. No lo he comentado antes, lo hago ahora. Las bebidas en los restaurantes están bastante caras, y muy especialmente el alcohol; por otra parte, siempre tienes la posibilidad de beber agua del tiempo (es decir, fría) sin cargo alguno.

La hamburguesa era gruesa y consistente, el acompañamiento tampoco era gran cosa y no justifica los 45 minutos de retraso en la preparación (también hay que decir que solo había una persona en cocina). Decidimos volver a casa bajando por el río, donde nos encontramos con el Parque Angry Birds, con tirolina, toboganes, columpios y estructuras para trepar. Por supuesto, echamos un buen rato pese a las bajas temperaturas; por cierto, esa del tirachinas es la última foto que tenemos de Lydia.
Excursión de día completo para visitar el Parque Nacional de Korouoma. La previsión del tiempo es que haga fresquito, aunque estaremos caminando. Total, nos decidimos por llevar la misma cantidad ropa que hasta ahora nos está dando muy buen resultado.
Son unos 106 km los que nos separan del Parking de Korouoma en Saukkovaara, esto viene a ser entre 90 y 100 minutos en coche (sobre carretera nevada). Desde este aparcamiento parte un sendero circular de unos 5 km, conocido como la ruta Koronjää, que se recomienda realizar en el sentido de las agujas del reloj.
Está nevando, aunque muy poquito. Aprovechamos para coger algunos copos de nieve y ver las distintas estructuras que forman (ver detalle abajo). Por fuera del camino hay más de medio metro de nieve. Ya estamos todos, pues, adelante.

El sendero discurre por un antiguo camino de herradura y cuenta con paneles informativos sobre la historia maderera de la zona; pasa por encima de acantilados con magníficas vistas y, después, lleva al fondo del cañón del río Korojoki, desde donde se tiene la oportunidad de admirar las tres mayores cascadas heladas de Korouoma: conocidas como Jaska Jokunen, Ruskea Virta y Mammuttiputous.

A continuación, el sendero pasa por el refugio Kanjonilaavu, donde nos tomamos un piscolabis, y asciende de nuevo hasta el parking de Saukkovaara.
Todo el camino está perfectamente señalizado con postes de madera con cintas verdes y reflectores amarillos. Hay barandillas con cuerda en las partes más empinadas del sendero para facilitar la marcha.

Una vez de vuelta en Rovaniemi vamos al Luckiefun's, que nos encontramos por casualidad en el centro comercial Rinteenkulma, donde está nuestro supermercado de referencia aquí, el K-Supermarket. La cuestión es que tienen un buffet de sushi con bebidas no alcohólicas incluidas por solo 14,50€ (si es antes de las cinco de la tarde, después sube a 18,50€, que sigue siendo barato en comparación). Nos pusimos morados, bueno, ya se sabe, unos más que otros. La cuestión es que, al final, nadie sintió la necesidad de cenar.
Hoy nos quedamos en la ciudad. Después de desayunar, y con el termómetro a -13ºC con algo de viento, volvemos a cruzar el puente para adentrarnos en el sendero invernal de Ounasvaara. Después de un par de días a -9ºC sin viento, el cambio es apreciable. Nótese cómo el vaho se condensa en la bufanda.

No sé si os comenté que desde el puente se tiene visión directa del Ice Hole Swimming. La cuestión es que aun con este tiempo esta gente se sigue paseando en bañador hasta el agujero, se sumerge hasta el cuello (eso sí, no están más de quince o veinte segundos) y se vuelven a ir caminando tranquilamente hasta la caseta. Digo esto porque, aún sin haber llegado al principio del sendero, la Marilydi tenía alguna pestaña congelada.
Subimos la ladera entre un bosque pinos nevados hasta llegar a la torre de observación. Es decir, subimos apenas unos 160 metros; lo suficiente para disfrutar de magníficas vistas del centro de la ciudad y del río Kemijoki. Además, tuvimos la ocasión de ver el Sol por primera vez desde que llegamos aquí. La foto está sacada a mediodía, para que os hagáis una idea de lo poquito (más bien nada) que sube en invierno.

Solo hicimos este trozo de la ruta, porque el rato que estuvimos parados en lo alto de la torre nos recordó que hacía "fresquito". De vuelta al comienzo del sendero encontramos una pendiente interesante y, algo aún mejor, un trineo abandonado… Sesión de descenso, modo ON.
Volvemos a la ciudad, y compramos cuatro cosillas de recuerdo a precio razonable (dentro de lo caro) en una de las tiendas de Koskikatu, la calle principal (creo que ya lo dije). Nos apetece ir a probar el gofre con salmón que sirven en el Café & Bar 21; durante la temporada alta no hacen reservas, así que nos arriesgamos a esperar. Efectivamente, llegamos y no hay mesas libres. Pedimos cuatro para llevar. A los 45 minutos nos dan los gofres convenientemente envasados para llevar. Esos 45 minutos de espera parece ser una constante aquí. Estamos al lado del apartamento, subimos a comerlos allí.

Os dejo con un pantallazo tomado de la webcam permanente de Lordin Aukio; he indicado el termómetro a -12ºC y la zona de la foto en la que aparecemos (sí, no se ve muy bien, pero los abrigos corresponden a los de los días precedentes ¿no?). Se nos va el tiempo y el cielo sigue siempre encapotado. ¿Veremos alguna aurora boreal? La app dice que hay un 6% de probabilidades, pero además el cielo está nublado y la previsión es que siga así hasta bien entrada la noche.
Hoy tenemos los vuelos de regreso. No hemos podido ver auroras, confirmado.
Mientras desayunamos la app del tiempo nos muestra una alerta de bajada de temperaturas para el día de año nuevo (mañana), en el que la temperatura pasará de -13ºC a -26ºC. Ya podía haber sido hoy; por un día nos perderemos la experiencia de frío realmente glacial.

Llamamos un taxi para que nos lleve al aeropuerto, allí Rubén decide guardar su abrigo en una de las maletas facturadas. Craso error: 1) durante el embarque la puerta del avión está abierta, 2) el avión está en el exterior, 3) en el exterior la temperatura es -13ºC. En consecuencia, la impresión es que estamos entrando en una cámara de congelación. Todos con el abrigo puesto y cerrado hasta arriba, menos el pobre Rub, que aguantó como un jabato.
En el aeropuerto de Helsinki volvemos a tener tres horas de conexión, que pasamos en unas cabinas esféricas con efecto silencio.
A punto de comenzar el embarque avión, me llega una alerta de aurora, se adjunta pantallazo. ¿Será posible?

Por último, volvimos a tener una experiencia "curiosa", y es que nos embarcaron a la antigua usanza, con un autobús hasta el avión y subiendo la escalera; con el añadido de que en el exterior seguía haciendo -13ºC.
En lo que se refiere al tiempo, afortunadamente, esta semana se espera que tenga temperaturas bastante "suaves", con mínimas de -14ºC. Digo suaves porque ya a finales de noviembre hubo días con -23ºC en Rovaniemi. Una de las grandes dudas es si la ropa de abrigo que hemos adquirido en Málaga realmente cumple con lo que pone en las etiquetas.
25/12: Desplazamiento Málaga-Rovaniemi
La mañana del día de Navidad partimos hacia Rovaniemi vía Helsinki. El viaje se hace largo: poco más de cuatro horas a Helsinki (el bocadillo lo pusimos nosotros, el zumo de arándano nos lo dieron las azafatas), tres horas de conexión en el aeropuerto, y poco más de una hora para llegar hasta nuestro destino.


En el aeropuerto de Helsinki nos llamó la atención un hecho que en Málaga no es demasiado frecuente, como que el avión se parara un rato en la pista para que le eliminarán el hielo de las alas (puedes ver el vídeo en esta pestaña).


Recogemos las maletas facturadas y tomamos un taxi que, bajo una nevada importante, nos lleva hasta Korkalonkatu (la calle del corcho), que es donde se encuentra nuestro apartamento.



Rápidamente dejamos las maletas y bajamos a dar un paseo, no importa que ya sean más de las diez de la noche, es decir, bastante tarde para el estándar local. Os cuento una cosita, pese a ser el día de Navidad, el K-Supermarket está abierto de 7:00 a 23:00. En consecuencia, ya tenemos cositas para desayunar los próximos días. Conservo el ticket, pero no sé si voy a saber lo que compré porque el finés, o finlandés, no se entiende demasiado bien.



De vuelta, hicimos un pequeño rodeo para recorrer la calle principal, Koskikatu, y pasar por la Plaza del Señor, Lordin Aukio. Aquí vimos un gran árbol de navidad y un belén con figuras hechas de hielo (salvo José, María y el niño, supongo que será por si aprieta el sol y se derrite el hielo).
Finalmente llegamos al apartamento y conectamos la sauna (pequeñita, pero tres personas entran bien), para estrenarla antes de echarnos a dormir. ¿Había alguna otra opción? Pues eso.
26/12: Visita a Santa Claus Village. Huskies y Auroras Boreales
Este primer día el plan es ir a Napapiiri (el círculo polar), que está a 7 km de Rovaniemi, y visitar la villa de Santa Claus. Desayunamos tempranito y, tras el rato largo que se tarda en ponerse toda la ropa de abrigo, nos dirigimos a la parada del autobús, que tenemos a dos manzanas. En menos de dos minutos llega el bus nº 8, que pone en su lateral Santa Claus Bus, parece que debe ser este. Compramos tickets de ida y vuelta, y comenzamos formalmente las actividades; por cierto, aquí circulan todos los coches por carreteras nevadas sin ningún tipo de problema (la magia de los neumáticos de invierno).



Llegamos a Santa Claus Village en unos 25 minutos. Son las diez y pico y aún no ha amanecido, aunque el cielo clarea algo (véase la foto de ahí arriba). ¿Qué es lo primero que hacemos? Evidentemente, ir a cruzar la línea del círculo polar ártico.
Hace 25 años Nieves y yo estuvimos aquí en verano, y cruzamos una línea visible en el suelo; en invierno esa línea no se ve porque está cubierta de nieve, y lo que nos sirve de indicación son unos postes que lo indican. En este punto hay un termómetro y una webcam que emite en directo (el enlace es este). Ni que decir tiene que nos pasamos un rato por allí, hicimos varias fotos cruzando el paralelo y enviamos el enlace de la webcam a familia y amigos para que pudiesen vernos, me consta que nos vieron al menos dos o tres (si alguien tiene interés tenemos un recorte en la página de vídeos).



Aparte de entrar en el casquete polar, la otra atracción (bastante menos geográfica) es la de ver a Papá Noel, aquí Santa Claus. Hay varios sitios en los que te venden la posibilidad de que te reciba y llevarte fotos y vídeos con él; hay también diversos precios y, curiosamente, el que más nos gustó es el de Santa Claus Office ya que, aparte de estar muy bien ambientada (hasta los elfos eran personas de estatura más baja de lo normal), puedes verlo y sentarte con él completamente gratis. Después te dan opciones de comprar las fotos y los vídeos que te han tomado y, en cualquier caso, te puedes llevar la bolsa que el elfo te da para llevar el abrigo (¿te lo preguntas? pues claro que nos las llevamos).



En la villa hay cantidad de tiendas de recuerdos (no visité ninguna), encontramos la casa de Mamá Noel, y el Snowman World, que es un parque de atracciones de invierno, con un restaurante de hielo (que reconstruyen cada año). Nosotros teníamos hora y media por delante para ver a Papá Noel (hay que pedir turno), así que aprovechamos e hicimos un pequeño paseo en un trineo tirado por renos.
Después de obtener la foto con Papá Noel, conseguimos un trineo gratuito del Santa Claus Village Hotel. En recepción nos dijeron que cualquier trineo que pusiera las iniciales SCVH se podía coger. Acabo de caer en que (creo que) omitimos indicarles que no estábamos alojados allí y nos hubiera tocado pagar unos euros por el alquiler.



Hora de comer, y en la villa todo es especialmente caro. Distintas páginas web nos indican que se come bien y a precio razonable en el bar de la gasolinera Shell de enfrente. Eso requiere comprobación; efectivamente, no es tan caro, aunque lo de bien… quizá es discutible, y rápido tampoco es (a menos que pidas buffet, que no era muy variado y no despertó admiración entre los míos): nos dijeron que había un tiempo de espera de aproximadamente 45 minutos, y fue casi exactamente ese. Salimos del bar y de nuevo encontramos el bus llegando a la parada, con lo que no tuvimos que pasar ni frío.
De vuelta al apartamento, enchufamos la sauna, se enciende el piloto, pero no calienta ¿por qué? No lo descubrimos, porque debemos volver al centro para una excursión con objetivo doble: por una parte, ver auroras boreales (aunque mi aplicación dice que la probabilidad es exactamente cero) y, por otra, hacer un circuito en trineo tirado por huskies.
El guía nos indica que el cielo está nublado en Rovaniemi y en sus alrededores; en todo caso, nos acerca al puerto deportivo del lago Olkka (Olkkajärvi venesatama) desde donde se suele tener muy buena visión de las auroras, claro, cuando el cielo no está cubierto. Por cierto, cabe destacar que el lago nos lo encontramos completamente helado.



Continuamos travesía hasta la granja de huskies de Erica y Misha (usando los metadatos de las fotos del móvil he conseguido saber que está en Yli-Nampajärvi, el lago de Yli-Nampa, ¡cómo estamos de controlados!). Allí disfrutamos de una media hora de recorrido en trineo sobre un lago, otro. Finlandia se conoce como el país de los mil lagos, aunque ellos cuentan más de ciento ochenta mil (porque incluyen también lagunas de más de 500 metros cuadrados, poco más que una charca grande).
Después del paseo y de hacernos unas fotos, pasamos a una kota (una tienda tradicional de los Samis parecida a los tipi de los Sioux) para tomarnos un piscolabis consistente en salchicha de pollo local, tortitas de espinacas y nubes al fuego, todo ello bien regado con jugo de arándano caliente.
Arriba he escrito "samis" y no "lapones", porque los indígenas de esta zona siempre se han referido a sí mismo como el pueblo Sami. Debo indicar que el uso de "lapón" actualmente se considera despectivo, yroviene del sueco "lap" o "lapp" que significa "parche" o, más en general, "ropa de mendigo".
27/12: Raquetas de nieve y pesca en el lago helado
Hoy toca levantarse moderadamente temprano; ponemos el despertador dos horas antes de acudir al punto de encuentro, que está solo a cinco minutos de nuestro apartamento. ¿Por qué? Pues porque tardamos un montón en colocarnos toda la ropa de abrigo. En esto iremos mejorando con el paso de los días.
La excursión de hoy es a Norvajärvi (ya imaginaréis que es el lago Norva ¿no?), junto al que haremos una caminata con raquetas de nieve. El primer problema consiste en anclárselas correctamente, el segundo es aprender a andar con ellas en suelo duro, y el tercero adentrarse en nieve blanda; los tres aparecen ilustrados en las fotos de aquí abajo.



Una vez habituados, comienza la aventura propiamente dicha, que consiste en ir a una llanura que hay al lado y volver. En un trayecto que en verano no nos hubiera llevado más de diez minutos tardamos cuarenta pero, a cambio, nos trajimos un montón de paisajes espectaculares y otras tantas fotos (pongo aquí unas cuantas y el resto en la pestaña de fotos correspondiente). Por supuesto, también hay una buena selección de vídeos.



Un poco cansados del ajetreo con las raquetas, volvemos a la casa del lago para bajar propiamente al lago (esto es fácil), hacer un agujero (esto ya no tanto) e intentar pescar algo (esto es tarea casi imposible).
El lago se encontraba llenito de turistas como nosotros, con lo cual la primera tarea fue buscar un sitio libre. Una vez escogido nuestro sitio, lo siguiente es hacer el agujero con el berbiquí gigante que veis en la foto… como si fuera fácil perforar medio metro de hielo. En las fotos de abajo se aprecia cómo vamos ganando profundidad (en el vídeo se nos ve sudar a -10ºC).



De los más de treinta incautos que echamos el rato allí, solo uno tuvo la suerte de que picaran el anzuelo y poder cobrar la pieza. Pasado un tiempo prudencial (exactamente el que tardó en prepararse el almuerzo) subimos a la kota a comer. El menú era salmón en papillote (liado en papel de aluminio y puesto entre las brasas), el resultado fue excelente. De nuevo el postre fueron nubes tostadas al fuego.



Por la tarde, nos dimos un paseo por la ciudad, cruzando el puente Jätkänkynttilä, que traducido se llama ''puente de las antorchas de leñador''. Recibe ese nombre porque en su pilar central parece que arden dos de estas típicas antorchas (os dejo que busquéis fotos de las antorchas y juzguéis el parecido, os espero en el punto y seguido). Aunque el enlace de la Wikipedia que he puesto más arriba pone "Swedish torch", en el primer párrafo pone que lo inventaron los finlandeses, cosas de la nomenclatura y la historia.



El río Kemi, que pasa por debajo del puente, tiene la superficie casi totalmente congelada; de hecho, más allá del puente solo se ve hielo, se ve que la parte más próxima a la ciudad tarda más en congelarse. Cruzando el puente se encuentra el Ice Hole Swimming Point que, como su nombre indica, es un agujero en el hielo en el que la gente se baña. De hecho, tienes que pertenecer al club para bañarte, salvo que llegues en horas especiales. Supongo que uno siempre se puede colar, lo que no podrá hacer es entrar en la cabaña calefactada, y esto me parece especialmente importante. Adjunto una foto de una criatura que se bañó ese día (eran las tres y media, aunque parece de noche, y comparativamente no hacía demasiado frío).
De vuelta, nos pasamos por el museo Arktikum, en cuyo aparcamiento se suelen ver bien las auroras (cuando no está nublado). Nos tomamos algo caliente y volvimos a casita.
28/12: Paseo en motonieve
Hoy toca excursión especial: nos vamos a hacer una ruta en motos de nieve. Igual que ayer, madrugamos aunque no es necesario, os recuerdo que amanece alrededor de las once. Hoy el día es más fresquito, -11ºC a las ocho de la mañana, pero se espera que suba a -9ºC en un rato.



Una vez terminadas las gestiones (papeleo que firmar, seguros, recoger el mono y otros complementos anti-frío), un pequeño traslado de 7 km hasta Napapiiri, donde se encuentra la base de las motos. En cinco minutos nos explican cómo llevar la moto: es automática, solo hay que usar el pulgar derecho para acelerar, y el freno en caso de necesidad (realmente basta con dejar de acelerar para parar rápidamente). Allá vamos.



Una característica interesante de la moto es que tanto el manillar como el pulsador del acelerador son calefactables… y bien que se agradece. Después de un comienzo un poco decepcionante (pues teníamos por delante un par de motos especialmente lentas), los guías dividieron el grupo en uno más de paseo y otro más de velocidad. Sí, este fue el nuestro (se adjuntan algunos vídeos).



De vuelta a Rovaniemi es hora de comer. Nos decidimos por el Pure Burger, que aparece reseñado como el que prepara las mejores hamburguesas de reno de la ciudad. Entramos, no parece haber mucha gente, perfecto. Pedimos la comida, cuatro hamburguesas y unas alitas … Efectivamente, otros 45 minutos esperando hasta que nos sirvieron. No lo he comentado antes, lo hago ahora. Las bebidas en los restaurantes están bastante caras, y muy especialmente el alcohol; por otra parte, siempre tienes la posibilidad de beber agua del tiempo (es decir, fría) sin cargo alguno.



La hamburguesa era gruesa y consistente, el acompañamiento tampoco era gran cosa y no justifica los 45 minutos de retraso en la preparación (también hay que decir que solo había una persona en cocina). Decidimos volver a casa bajando por el río, donde nos encontramos con el Parque Angry Birds, con tirolina, toboganes, columpios y estructuras para trepar. Por supuesto, echamos un buen rato pese a las bajas temperaturas; por cierto, esa del tirachinas es la última foto que tenemos de Lydia.
29/12: Cataratas heladas de Korouoma
Excursión de día completo para visitar el Parque Nacional de Korouoma. La previsión del tiempo es que haga fresquito, aunque estaremos caminando. Total, nos decidimos por llevar la misma cantidad ropa que hasta ahora nos está dando muy buen resultado.
Son unos 106 km los que nos separan del Parking de Korouoma en Saukkovaara, esto viene a ser entre 90 y 100 minutos en coche (sobre carretera nevada). Desde este aparcamiento parte un sendero circular de unos 5 km, conocido como la ruta Koronjää, que se recomienda realizar en el sentido de las agujas del reloj.
Está nevando, aunque muy poquito. Aprovechamos para coger algunos copos de nieve y ver las distintas estructuras que forman (ver detalle abajo). Por fuera del camino hay más de medio metro de nieve. Ya estamos todos, pues, adelante.



El sendero discurre por un antiguo camino de herradura y cuenta con paneles informativos sobre la historia maderera de la zona; pasa por encima de acantilados con magníficas vistas y, después, lleva al fondo del cañón del río Korojoki, desde donde se tiene la oportunidad de admirar las tres mayores cascadas heladas de Korouoma: conocidas como Jaska Jokunen, Ruskea Virta y Mammuttiputous.



A continuación, el sendero pasa por el refugio Kanjonilaavu, donde nos tomamos un piscolabis, y asciende de nuevo hasta el parking de Saukkovaara.
Todo el camino está perfectamente señalizado con postes de madera con cintas verdes y reflectores amarillos. Hay barandillas con cuerda en las partes más empinadas del sendero para facilitar la marcha.



Una vez de vuelta en Rovaniemi vamos al Luckiefun's, que nos encontramos por casualidad en el centro comercial Rinteenkulma, donde está nuestro supermercado de referencia aquí, el K-Supermarket. La cuestión es que tienen un buffet de sushi con bebidas no alcohólicas incluidas por solo 14,50€ (si es antes de las cinco de la tarde, después sube a 18,50€, que sigue siendo barato en comparación). Nos pusimos morados, bueno, ya se sabe, unos más que otros. La cuestión es que, al final, nadie sintió la necesidad de cenar.
30/12: Visita a pie por los alrededores
Hoy nos quedamos en la ciudad. Después de desayunar, y con el termómetro a -13ºC con algo de viento, volvemos a cruzar el puente para adentrarnos en el sendero invernal de Ounasvaara. Después de un par de días a -9ºC sin viento, el cambio es apreciable. Nótese cómo el vaho se condensa en la bufanda.



No sé si os comenté que desde el puente se tiene visión directa del Ice Hole Swimming. La cuestión es que aun con este tiempo esta gente se sigue paseando en bañador hasta el agujero, se sumerge hasta el cuello (eso sí, no están más de quince o veinte segundos) y se vuelven a ir caminando tranquilamente hasta la caseta. Digo esto porque, aún sin haber llegado al principio del sendero, la Marilydi tenía alguna pestaña congelada.
Subimos la ladera entre un bosque pinos nevados hasta llegar a la torre de observación. Es decir, subimos apenas unos 160 metros; lo suficiente para disfrutar de magníficas vistas del centro de la ciudad y del río Kemijoki. Además, tuvimos la ocasión de ver el Sol por primera vez desde que llegamos aquí. La foto está sacada a mediodía, para que os hagáis una idea de lo poquito (más bien nada) que sube en invierno.



Solo hicimos este trozo de la ruta, porque el rato que estuvimos parados en lo alto de la torre nos recordó que hacía "fresquito". De vuelta al comienzo del sendero encontramos una pendiente interesante y, algo aún mejor, un trineo abandonado… Sesión de descenso, modo ON.
Volvemos a la ciudad, y compramos cuatro cosillas de recuerdo a precio razonable (dentro de lo caro) en una de las tiendas de Koskikatu, la calle principal (creo que ya lo dije). Nos apetece ir a probar el gofre con salmón que sirven en el Café & Bar 21; durante la temporada alta no hacen reservas, así que nos arriesgamos a esperar. Efectivamente, llegamos y no hay mesas libres. Pedimos cuatro para llevar. A los 45 minutos nos dan los gofres convenientemente envasados para llevar. Esos 45 minutos de espera parece ser una constante aquí. Estamos al lado del apartamento, subimos a comerlos allí.


Os dejo con un pantallazo tomado de la webcam permanente de Lordin Aukio; he indicado el termómetro a -12ºC y la zona de la foto en la que aparecemos (sí, no se ve muy bien, pero los abrigos corresponden a los de los días precedentes ¿no?). Se nos va el tiempo y el cielo sigue siempre encapotado. ¿Veremos alguna aurora boreal? La app dice que hay un 6% de probabilidades, pero además el cielo está nublado y la previsión es que siga así hasta bien entrada la noche.
31/12: Vuelta a Málaga
Hoy tenemos los vuelos de regreso. No hemos podido ver auroras, confirmado.
Mientras desayunamos la app del tiempo nos muestra una alerta de bajada de temperaturas para el día de año nuevo (mañana), en el que la temperatura pasará de -13ºC a -26ºC. Ya podía haber sido hoy; por un día nos perderemos la experiencia de frío realmente glacial.


Llamamos un taxi para que nos lleve al aeropuerto, allí Rubén decide guardar su abrigo en una de las maletas facturadas. Craso error: 1) durante el embarque la puerta del avión está abierta, 2) el avión está en el exterior, 3) en el exterior la temperatura es -13ºC. En consecuencia, la impresión es que estamos entrando en una cámara de congelación. Todos con el abrigo puesto y cerrado hasta arriba, menos el pobre Rub, que aguantó como un jabato.
En el aeropuerto de Helsinki volvemos a tener tres horas de conexión, que pasamos en unas cabinas esféricas con efecto silencio.
A punto de comenzar el embarque avión, me llega una alerta de aurora, se adjunta pantallazo. ¿Será posible?


Por último, volvimos a tener una experiencia "curiosa", y es que nos embarcaron a la antigua usanza, con un autobús hasta el avión y subiendo la escalera; con el añadido de que en el exterior seguía haciendo -13ºC.